Hoy se cumplen 34 años del golpe militar en Argentina. Un 24 de marzo de 1976 las Fuerzas armadas derrocaron al gobierno constitucional de Isabel Perón y pusieron en marcha lo que llamaron el “Proceso de Reorganización Nacional”. Consideraron que la sociedad padecía un cáncer y que había que aplicar cirugía mayor. Los males a extirpar eran “la subversión”, los partido políticos, los sindicatos, los empresarios industriales ineficaces.. El término “subversión” no sólo incluía organizaciones guerrilleras sino todo movimiento de protesta o simplemente de crítica. Se concibió un metódico y frío plan de exterminio desarrollado sin dudas ni remordimiento. Los militares pusieron en marcha el terrorismo de Estado consistente en el secuestro, tortura y desaparición de miles de ciudadanos. Alcanzó a dirigentes gremiales y políticos, religiosos, intelectuales, abogados defensores de los presos políticos, miembros de organizaciones de los derechos humanos o simplemente por estar en una agenda de algún detenido. Los secuestrados “desaparecían” y así se creó la figura del” desaparecido”.Pena de muerte, censura en los medios de prensa, listas negras, en la radio, en la tele, sólo se podían ver y escuchar producciones conformistas y afines al la ideología del “Proceso”.En la escuela los enfoques eran cada vez más dogmáticos y autoritarios. En las facultades desaparecían profesores y cambiaban los contenidos de las materias…un estudiante de sociología no podía leer más a Marx o leer a Eduardo Galiano…esos libros eran reemplazados por Santo Tomás de Aquino y otros santos que nos enseñarían “la verdad”.
El miedo y la desconfianza invadieron las relaciones personales, la sociabilidad disminuyó, el individualismo reemplazó a la solidaridad y la mayoría cerró los ojos frente a lo que pasaba a su alrededor. La gente repetía sin pensar el fatídico “por algo será”.
En medio de todo esto se llevaba a cabo el famoso mundial de football y se mostraba un país alegre y unido. Se intentaba contrarrestar las denuncias sobre violaciones de los derechos humanos que se hacían en el exterior. La economía era especulativa. Llegaba dinero desde el exterior y estos capitales eran volcados al circuito financiero: compra y venta de dólares, colocaciones de dinero a plazo fijo a altas tazas de interés. Se especulaba sin producir. Se convivía con un liberalismo monetario.
Mientras tanto, muchos argentinos, los que podían, emigraban para salvar sus vidas. Los valientes reclamaban solitariamente ante las autoridades pos sus hijos y nietos desaparecidos. Hoy, muchos de los responsables continúan mudos teniendo secretos que no develan, muchos saben y no hablan y podrían ayudar.
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